El 12 de noviembre de 2012, el Santísimo Patriarca Kirill de Moscú y toda Rusia, quien está de visita oficial en la Iglesia Ortodoxa de Jerusalén, llegó el Monasterio femenino Górnenki en Jerusalén.

Su Santidad fue recibido por el Jefe de la Misión Espiritual Rusa en Jerusalén, el Archimandrita Isídor (Minaev), la Rectora del monasterio, la Hegúmena Georgia (Schúkina) junto con las hermanas del monasterio, los peregrinos.

El Primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa realizó la consagración de la mesa del altar en la Catedral principal del monasterio en honor de todos los Santos de la tierra Rusa. En la Liturgia Divina a Su Santidad le concelebraron los miembros de la delegación que lo acompaña, entre ellos el Presidente del Departamento de Relaciones Exteriores Eclesiásticas del Patriarcado de Moscú, el Metropolitano Hilarion de Volokolamsk.

Después del oficio divino la Hegúmena Georgia (Schúkina) se dirigió al Santísimo Patriarca Kirill con las palabras del agradecimiento por el cuidado paternal del monasterio y por la consagración del recién reconstruido templo de Todos los Santos Rusos.

“Vuestra Santidad, nosotros lo recordamos constantamente en oraciones en la Tierra Santa, en Getsemaní y otros lugares, – dijo la Rectora del Monasterio Górnenski. – Nuestra primera reverencia y primera oración son por Vuestra Santidad, porque sabemos de las obras que Usted lleva en la Santa Rusia: está serviendo constantamente, está visitando las diócesis, los templos, monasterios, está rezando, Usted salva a la juventud con sus prédicas profundas”.

En su respuesta el Primado de la Iglesia Rusa recordó de la creación del Monasterio Górnenski:

“El día de hoy es alegre y es muy especial para mí. En el 1969 por primera vez visité el Monasterio Górnenski. En este lugar hubo sólo cuatro paredes… Más tarde, en el 1989, el Señor me llamó a servir como Presidente del Departamento de Relaciones Exteriores Eclesiásticas… Tenía que nombrar la Hegúmena… Fue escogida la Madre Georgia… quien sigue cumplir su deber…

Estamos en un lugar especial: la Madre de Dios lo visitó tras saber del Ángel en Nazaret la Buena Noticia. Aquí vivió tres meses donde sus familiares piadosos, Zacarías e Isabel. Y en este momento de su carne estaba tejiendo la carne del Dios Hombre, de Nuestro Señor Jesús Cristo. Fue un momento de silencio, soledad, concentración espiritual de la Santísima Madre de Dios. No es casualidad que el Padre Augustín (Kapústin), quien durante casi treinta años llevó su ministerio en la Tierra Santa, tomó la desición de comprar la tierra, consagrada por este acontecimiento milagroso en la historia del Nuevo Testamento, para crear aquí un monasterio ruso femenino”.

 

 

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