La situación no es catastrófica, expresó con certeza el Presidente del Departamento de Relaciones Exteriores Eclesiásticas del Patriarcado de Moscú, el Metropolita Hilarión de Volokolamsk, al comentar el tema de preparación para el Santo y Gran Concilio de la Iglesia Ortodoxa. El 13 de junio de 2016, en la reunión extraordinaria del Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa se llevó a cabo la discusión de la situación que ha surgido en relación con la negativa de varias Iglesias Ortodoxas Locales a participar en el Concilio. Era previsto que el Concilio Pan-Ortodoxo se llevará a cabo de 18 a 26 de junio de este año en la isla de Creta.

Tras el debate, el Santo Sínodo aprobó la declaración sobre el tema, enviada a los Primados de las Iglesias Ortodoxas Locales. Según los miembros del Sínodo, la única solución posible en este caso es continuar preparación del Santo y Gran Concilio y posteriormente lograr el consenso común de las Iglesias Ortodoxas para celebrarlo en otras fechas.

“Realmente estábamos preparando conjuntamente el Concilio Pan-Ortodoxo, y no fuimos capaces de prepararlo de manera satisfecha para todas las Iglesias, – dijo el Monseñor. – Creo que hay que aprender de esta lección y comprender que las voces de la Iglesia no pueden ser ignoradas: si una Iglesia está preocupada por algo, hay que eliminar esta preocupación; si una Iglesia ofrece a aceptar algunas modificaciones, es necesario prestar más atención a estas modificaciones”.

Según el Metropolita Hilarión, la situación actual se debe en gran medida al hecho de que los problemas discutidos abiertamente por las Iglesias durante el proceso pre-Conciliar, fueron suprimidos o aplazados para el futuro. “Por ejemplo, la Iglesia de Antioquía no quería aplazar la discusión del problema de la jurisdicción eclesiástica sobre Qatar para el período post-Conciliar, – continuó el jerarca. – El Patriarcado de Antioquía está convencido de que el Concilio debe ser una continuación de la unidad ortodoxa. La unidad de la Iglesia se manifiesta en el servicio conjunto de la Liturgia, y si una de las Iglesias Locales no puede participar en la celebración conjunta de la Eucaristía, es una situación de emergencia que debe ser abordada antes de la convocatoria del Concilio”.

El Monseñor también señaló que hay otros momentos críticos en las relaciones bilaterales. Así, la Iglesia Ortodoxa Serbia en un comunicado destacó la existencia de los problemas no resueltos en sus relaciones con la Iglesia Ortodoxa Rumana que estableció una diócesis en el territorio canónico del Patriarcado de Serbia. La Iglesia Rumana también ha creado su jurisdicción en el suelo de Moldavia que hace parte del territorio canónico de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Hay problemas no resueltos en Estonia, donde en 1996 el Patriarcado de Constantinopla fundó una jurisdicción en paralelo a la del Patriarcado de Moscú. La Iglesia Georgiana, por su parte, punteó una serie de cuestiones, en particular, la de dípticos. También existe el problema de la ausencia en el Concilio Pan-Ortodoxo de la Iglesia Ortodoxa en América, dado a que su autocefalía no está universalmente aceptada.

“Estamos listos, para el bien de la paz y de la unidad de la Iglesia, cerrar los ojos a algunos problemas existentes, y hasta hace poco estábamos preparando para participar en el Concilio Pan-Ortodoxo, – afirmó el Presidente del DREE. – En el Concilio de Obispos hemos decidido que vamos a participar, hemos formado una delegación. Y sólo después hemos comenzado a recibir noticias de las Iglesias Ortodoxas Locales de la no participación en el Concilio: en primer lugar, de la Iglesia Búlgara, luego de la de Antioquía, a continuación de la de Georgia. Cuando la Iglesia Ortodoxa Serbia hizo propuesta de aplazar el Concilio Pan-Ortodoxo, nos dimos cuenta que el asunto de nuestra participación en el Concilio debe ser discutido y resuelto en el Sínodo. Hoy en día este problema ha sido resuelto”.

Servicio de Comunicación del DREE