El 14 de mayo de 2012, en Vilnius en la Sala de conferencias del Palacio de la Dieta de la República Lituana el mitropolita Volokolamsky Ilarión, el Presidente del Departamento de relaciones exteriores eclesiásticas del Patriarcado de Moscú concedió una conferencia de prensa. El encuentro con los periodistas fue dedicado a la aparición de la traducción al idioma lituano del libro  de Cirilo, el Santísimo Patriarca de Moscú y toda Rusia, “Libertad y responsabilidad”.

En la conferencia de prensa participaron también el arzobispo Vilensky y de Lituania Inocencio, el secretario de la eparquía de Vilnius de la Iglesia Ortodoxa Rusa el arcipreste Vladimir Seliavko, el traductor de la edición del libro el arcipreste Vitaly Mutskus y el representante de la Dieta E.Vareikis.

Los reprsentantes de los medios de comunicación tuvieron la oportunidad de hacer preguntas en el régimen de la Internet conferencia al Presidente del Departamento de relaciones exteriores eclesiásticas.

Hablando sobre el libro del Santísimo Patriarca Cirilo “ Libertad y responsabilidad: en búsqueda de la armonia. Derechos humanos y dignidad de la persona”, el Monseñor Ilarión subrayó:

“Este libro tiene una historia particular. No fue escrito como una obra entera – es una compilación de intervenciones y discursos del Santísimo Patriarca Cirilo, pronunciados durante varios años cuando era Presidente del Departamento de relaciones exteriores eclesiásticas del Patriarcado de Moscú y trabajaba sobre los proyectos de los documentos oficiales religiosos  de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que más tarde fueron adoptados por el Concilio Episcopal:”Las bases sociales de las concepciones de la Iglesia Ortodoxa Rusa”( adoptados en el Concilio del año 2000) y “Las bases de la doctrina sobre los derechos humanos”(adoptados en el Concilio del año 2008). En las intervenciones y discuros que formaron parte de esta edición, el Santísimo Patriarca Cirilo reflexiona sobre el problema clave de la existencia de la humanidad:  de cómo la libertad se relaciona con la responsabilidad.

Los ciudadanos de la República Lituana saben muy bien lo que es la libertad y lo que es la falta de ella. Durante varias décadas Lituania vivió en las condiciones de la falta de la libertad, igual que otros Estados que formaban parte de aquella Unión Soviética. Todos los ciudadanos de la Unión vivían bajo el dictado de una determinada ideología que se basaba en los paradigmas antropológicos falsos y era ateista en su esencia. Precisamente porque no correspondía  ni a la tradición religiosa ni en general a la naturaleza humana, esta ideología fue condenada a muerte.

Cuando los Estados que formaban parte de la Unión Soviética obtuvieron la independencia, junto con la independencia obtuvieron también la libertad política. Pero ¿qué significa la libertad para una persona ateista y qué significa esto para un creyente religioso? Del punto de vista cristiano, la libertad no es simplemente la posibilidad de hacer todo lo que uno quiera, ya que si la libertad no se equilibra con la responsabilidad, lleva al libertinaje. El gran escritor ruso F.M.Dostoyevsky escribió sobre esto:”Si Dios no existe, entonces todo está permitido”.

Lamentablemente cada vez mayor número de personas en el mundo contemporáneo secular perciben la libertad precisamente como el libertinaje. Para ellos la libertad significa:”Hago lo que me da la gana”, y su único limitador es la ley. Es decir, si tal u otro tipo de comportamiento, tales u otras acciones están dentro del límite de la ley, entonces son legítimos”.

Del punto de vista cristiano la libertad verdadera es la libertad del pecado del  sere humano. Si la persona está esclavizada por el pecado, si es esclava de pasiones, ya no es la libertad. Ningunas libertades políticas no pueden salvar al ser humano del pecado. Y si el pecado se convierte en una norma del comportamiento en el nivel ideológico, entonces ya se trata de una violación fundamental de lo que durante siglos formaba la base de la existencia humana – de la ley moral de la naturaleza.

La ley moral de la naturaleza, según nuestra creencia cristiana, es el sentido moral que Dios puso como base de la naturaleza humana. No es casual que la doctrina moral es muy parecida en la mayoría de las religiones. Esto está relacionado con el hecho de que en el alma del ser humano existe una norma creada por el propio Dios, y la conciencia  le dicta al ser humano lo que es correcto y lo que es incorrecto, lo que es el pecado y lo que es la virtud. Si en esta ley de la naturaleza, en el sentido natural del ser humano y de la sociedad se sobreponen ciertos paradigmas ideológicos, entonces las normas éticas se tergiversan. Así ocurrió, por ejemplo, en el régimen comunista, cuando se afirmaba que lo bueno es lo que es bueno para la clase obrera. En aras del bien imaginario de la clase obrera se consideraba posible y útil acabar con los representantes de otras clases, es decir el asesinato se justificaba por una determinada ideologema.

Hoy nos enfrentamos a otros ideologemas. La sociedad liberal moderna impone al ser humano la visión de la supuesta no existencia de las normas morales absolutas. Esto se refiere no sólo a las verdades religiosas, sino también a los principales postulados antropológicos, nociones de cómo debe vivir el ser humano. Hoy día, por ejemplo, la ideología liberal inculca la idea de que no es necesario que la familia se construya a base de la unión entre el hombre y la mujer, que esto puede ser la unión entre dos hombres o dos mujeres, o que otras configuraciones sean posibles. Nos dicen que todo esto es admisible ya que está en el marco de la libertad humana. Si en una familia normal, tradicional nacen hijos, está claro que en la así llamada familia homosexual los hijos no nacen, entonces, según los partidarios de las normas liberales, es posible permitir a tal “familia” adoptar a los niños. De tal modo, al nivel de un país concreto, al nivel internacional se introducen las normas morales que son incompatibles con la moral religiosa y van en contra de lo que formaba la existencia de la humanidad durante siglos, lo que ayudaba a la humanidad a garantizar su reproducción.

Una de muchas consecuencias negativas de la imposición de tal ideología es la crisis demográfica. Recordemos la Santa Escritura: la bendición de Dios del punto de vista de los autores de los libros de la Biblia, se expresaba en que Dios daba a la gente muchos hijos. Cuando Dios hizo el pacto con Abrahán, el signo de este pacto fue la promesa al hombre justo del Antíguo Testamento de tener a muchos descendientes.

Para el ser humano contemporáneo la creación de la familia, el nacimiento y la educación de los hijos no son las prioridades, y la crisis demográfica en la mayoría de los países de Europa tiene las causas no económicas y financieras, sino ante todo, ideológicas.Hoy día, los objetivos principales a lograr para la mayoría de los jóvenes es el éxito material y de la carrera, y la creación de una familia plena, el nacimiento y la educación de los hijos están lejos de ser primordiales. Hoy día la gente planifica la cantidad, y a veces también la “calidad” de los hijos que quieren tener. Es decir, la noción de que el marido y la mujer deben tener tantos hijos cuantos les da Dios y no cuantos ellos planifican, ya se percibe como obsoleta y que no corresponde al mundo actual.

Sobre todo este complejo de problemas habla en su libro el Santísimo Patriarca Cirilo. Recuerda que la libertad está dada al ser humano para que ejerza y logre la vida de virtudes y no para favorecer al pecado. Si al nivel de una persona concreta o al nivel de la sociedad la libertad no se equilibra con la noción de la responsabilidad humana por su propia vida, por la vida de su familia, por sus hijos, por su país, por la gente que le rodea, entonces la libertad puede traer no sólo el bien  sino también el daño a la persona, a la familia, a la sociedad.

El Monseñor Ilarión expresó la esperanza de que la compilación “Libertad y responsabilidad” – el primer libro del Santísimo Patriarca Cirilo que apareció en idioma lituano – encuentre la repercusión en los lectores lituanos y les ayude a formular las respuestas a los desafíos que el cristiano enfrenta en el mundo actual.

En la conversación con los periodistas el Presidente del Departamento de relaciones exteriores eclesiáisticas expresó la opinión que el lanzamiento de esta edición a la opinión pública en el edificio de la Dieta de la República Lituana sea, entre otras cosas, un recuerdo de la importancia de que los problemas referidos por el Santísimo Patriarca en su obra  encuentren el reflejo en los actos legislativos que se adoptan en diferentes países. “La ley no puede ser basada sobre las normas  abstractas, su fundamento debe ser formado por los postulados éticos concretos. Si el código legislativo es privado del fundamento ético, las normas que contradicen la visión religiosa serán introducidas ya al nivel de la ley. Pero es muy importante que la gente pueda vivir en el marco de la ley y de acuerdo con sus nociones de la moral”.

El archipastor hizo la ilustración de esta tesis con un ejemplo concreto: hace poco en Gran Bretaña fue adoptada una ley de que las agencias de la adopción no tienen derecho de negar la adopción de los niños a las parejas homosexuales. Esta demanda que entra en una aguda contradicción con la tradicional ética cristiana, puso en una situación muy delicada a las organizaciones católicas que contribuyen a la adopción, y provocó a muchas de ellas a terminar su actividad. “Tales ejemplos sobran, su número va a crecer a medida de la imposición de las normas liberales en la legislación, – constató el Monseñor.- Por lo tanto, es muy importante que los legisladores sean conscientes de la importancia de estos problemas y recuerden que si los participantes del proceso legislativo partiendo de los ideologemas de la sociedad moderna liberal ignoran los paradigmas  morales, que durante siglos han sido la base de la existencia humana, será cada vez más difícil vivir en el marco de las leyes adoptadas”.

En el transcurso de la conferencia de prensa el mitropolita Volokolamsky Ilarión tocó, en pafrticular, los temas de las relaciones intercristianas, mencionó la importancia del trabajo común para salvaguardar los valores cristianas en la vida de la sociedad.

Una de las preguntas se refería a las relaciones con los representantes de la Vieja creencia. “Estoy profundamente convencido de que la división que ocurrió en el siglo XVII y que continúa hoy día, apareció no debido a las causas teológicas serias sino rituales, – dijo el jerarca. La respuesta a las acusaciones por parte de los representantes de la Vieja creencia de que nosotros celebramos los servicios religiosos según los ritos nuevos y nos separamos de la antígua tradición, están, en gran medida, dadas por el Concilio de la Iglesia Ortodoxa Rusa de 1971. En aquel entonces fueron eliminados los juramentos sobre los ritos antíguos y fue dicho que tanto el rito nuevo como el viejo tienen los mismos derechos y que se puede usar ambos durante el servicio religioso.”

Así todo, el Monseñor Ilarión subrayó que el rito aceptado en la mayoría de los templos de la Iglesia Ortodoxa Rusa es nuevo sólo por el nombre, lo que no corresponde totalmente a la realidad. Porque cuando el Patriarca Nicon introducía correcciones en la práctica ritual, su objetivo era no crear los ritos nuevos sino establecer en la Iglesia Rusa un rito que existía en Grecia y se consideraba más antíguo. “En realidad los ortodoxos también tienen un rito viejo, sólamente ahora no podemos decir cuál de ellos es más antíguo y por qué se creó la situación que en Grecia durante siglos se santiguaban con tres dedos y en Rusia – con dos.  Esta ya es la tarea para los historiadores”, – considera el Monseñor. Recordó también que en la Iglesia Rusa existe al mismo tiempo el rito que es usual considerar viejo, y es admitido en las parroquias de viejos creyentes.

“Espero que el diálogo entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y las confesiones de viejos creyentes vaya desarrollandose, que en el transcurso de este diálogo logremos llegar a la comprensión común: nos separan no los asuntos dogmáticos, no las nociones teológicas sino los asuntos de carácter ritual que pueden ser resueltos en el diálogo fraternal”, – dijo el mitropolita Ilarión.