En el noviembre de 2012, el Arzobispo de Nápoles, Cardenal  Crescenzio Sepe envió al Santísimo Patriarca Kirill de Moscú y toda Rusia una carta, en la cual expresó su solidaridad en relación con el crecimiento de las tendencias anticristianas y antieclesiásticas que se manifestan, en particular, en los actos de vandalismo contra los símbolos cristianos, así como en los insultos de los sentimientos de los creyentes.

El Cardenal Sepe destacó que en su corazón el símbolo de la Iglesia Rusa, que conoció el martirio en la época contemporanea, seguen siendo el polígono de Bútovo (en esta zona a las afueras de Moscú, en la década 1930, habían sido ejecutados víctimas del régimen comunista, incluso los sacerdotes) y el templo dedicado a los nuevos mártires que él visitó hace unos años durante una peregrinación a Rusia.

“Me apoya la convicción de que la misión preciosa de Su Iglesia en la sociedad, realizada en el ministerio pastoral, en la proximidad a las necesidades  de aquellas personas, a quienes ella da testimonio del amor Divino y de la salvación evangélica, esta misión está por encima de los obstáculos que le causan, – dice el Arzobispo de Nápoles. – Esta misión y el importante ministerio de Vuestra Santidad son un punto de referencia importantísimo para el mundo cristiano y para Europa”.

El Cardenal Crescenzio Sepe también expresó su gratitud al Santísimo Patriarca Kirill por participar en un acontecimiento histórico, la firma en Varsovia en agosto de este año del Mensaje Conjunto a los pueblos de Rusia y Polonia. “Este documento, que es un hito importante en el camino a la reconciliación entre los pueblos ruso y polaco, formará la base de Europa que podrá corresponder adecuadamente a su vocación en el mundo”, – concluyó el jerarca de la Iglesia Católica.

 

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