El Patriarca de Moscú y de Toda Rusia, Kirill, considera el Día de la Unidad Popular una fiesta orientada al futuro de Rusia. Los festejos con motivo del 400 aniversario de la superación de la época de revueltas son, en su opinión, no sólo un recuerdo sobre la victoria omnipopular –el restablecimiento de la estatalidad rusa-, sino también un motivo para reflexionar en las tendencias del desarrollo del país. “Hoy, igual que 400 años atrás, las ideas de la solidaridad y de la preocupación por lo común, y no sólo por lo privado y lo personal, pueden y deben unir a nuestra sociedad”, señaló el Patriarca Kirill en una entrevista a ITAR-TASS y destacó que el objetivo de la preocupación por la prosperidad del país debe ser la vida digna de los ciudadanos. Conforme a sus palabras, “de otra manera, el trabajo más abnegado pierde su sentido, si forma su base el principio de que el individuo se considera un medio para lograr cualquier objetivo”.

El Primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa presta la atención a “la estrecha ligazón entre el mundo interno de una persona y la situación de la sociedad”. En su opinión, ésta es precisamente la raíz de la corrupción y del soborno, característicos para Rusia. El Patriarca considera que, en primer lugar, hace falta presentar las exigencias a los cristianos, que constituyen la mayoría de la población de Rusia. “Cada cristiano debe cambiar a sí mismo: librarse de los pecados. Si nos cambiamos a nosotros mismos, cambiará también la sociedad. Si tratamos de cambiar la sociedad, sin prestar la atención a nosotros mismos, todos nuestros esfuerzos serán estériles –está convencido el interlocutor de la agencia-. Si uno de nosotros asiste a la misa dominical, pero comienza su semana laboral con una dádiva y lo considera normal, esto significa que algo ocurre con sus coordenadas morales. Cada día nosotros y nuestra sociedad hacemos una opción, que aproxima o aleja la época de revueltas. Estos pasos menudos, que hacemos, nos conducen por la vía de la creación de una sociedad justa y próspera o en la dirección contraria. Por eso nuestra conciencia es la mejor brújula en este camino”.