El 26 de noviembre de 2014, en el Centro de Prensa Internacional en Bruselas, se llevó a cabo una mesa redonda sobre “La protección de los santuarios en la zona de conflictos armados”, organizada por la Representación de la Unión Europea ante el Consejo de Europa.

En marco de la reunión, se presentó la experiencia en la aplicación del Código Internacional de conducta en los santuarios, elaborado por el Consejo Europeo de Líderes Religiosos en colaboración con organizaciones no gubernamentales. El documento, en particular, hace hincapié en que la veneración de los templos y santuarios, en toda la historia de la humanidad, es de suma importancia para la identidad de las naciones. En las circunstancias de guerras, conflictos políticos, reclamaciones territoriales y enfrentamientos religiosos, los lugares más sagrados resultan ser los puntos calientes del enfrentamiento entre las fuerzas beligerantes y necesitan ser protegidos de la violencia y la profanación.

Los discursos de los participantes de la mesa redonda se centraron en proyectos e iniciativas de carácter internacional de las organizaciones no gubernamentales europeas para evitar los actos de vandalismo y profanación en relación con los lugares sagrados, fortalecer la paz y la comprensión mutua entre representantes de diferentes religiones en la Tierra Santa, Siria, Indonesia, Nigeria, Bosnia y Herzegovina.

Durante el debate, el encargado de funciones del representante de la Iglesia Ortodoxa Rusa ante los Organismos Internacionales de Europa en Bruselas, el Arcipreste Dimitri Sizonenko, describió los esfuerzos del Patriarcado de Moscú para proteger la presencia cristiana en Oriente Medio y África del Norte, el desarrollo de la peregrinación a Tierra Santa. Hizo hincapié en la necesidad de defender de destrucción y profanación no sólo los templos, sino también la dignidad de los clérigos y los sentimientos religiosos de los creyentes.

En la reunión también fueron discutidos diversos aspectos de la cooperación de los representantes de las comunidades religiosas con las autoridades públicas y la sociedad civil para prevenir los conflictos religiosos, la garantía del libre acceso de creyentes a los santuarios venerados, el establecimiento del régimen de seguridad, la restauración de los monumentos destruidos, la restitución, la realización de la investigación arqueológica, la extensión del trabajo educativo.

 

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