El 23 de marzo de 2013, en la residencia de verano de los pontífices de Roma en Castel Gandolfo, se celebró el encuentro entre el Papa Francisco y el Papa Emérito Benedicto XVI. Por primera vez después de su elección y entronización, el Jefe actual de la Iglesia Católica Romana visitó al predecesor retirado.

Después de una breve oración, el Papa Francisco le entregó al Papa Emérito Benedicto XVI la imagen de la Madre de Dios “Mira hacia la humildad”, regalado al Pontífice por el Presidente del Departamento de Relaciones Exteriores Eclesiásticas del Patriarcado de Moscú, el Metropolitano Hilarión de Volokolamsk, en nombre del Santísimo Patriarca Kirill de Moscú y toda Rusia en final de la audiencia privada el 20 de marzo. “Los primeros pasos de Vuestra Santidad tras su elección fueron marcados por la humildad”, – señaló entonces el Metropolitano Hilarión. El Pontífice le contestó: “No tengo humildad, y lo pido rezar por mí para que el Señor me la regala”.

Al presentar al Papa Benedicto XVI el ícono, regalado por el Metropolitano Hilarión en nombre del Santísimo Patriarca Kirill, el Papa Francisco destacó: “Él me dijo que el ícono se llama “Madonna de la Humildad”, y me permito decir una cosa: me acordé de Usted, tan humilde en su pontificado”. “Gracias, ¡qué regalo!!”, – contestó el Papa Emérito al recibir la imagen.

 

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